Nací el 9 de mayo de 1931 en la Pascua de Siquirres
Mis padres fueron Napoleón Salas y Rosalia Calderón
Mi esposo se llamo Abel Montero tengo tres hijos Maria Eugenia, Eduardo y Jorge quien murió hace varios años.
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Recuerdo que vivíamos en Turrialba mis padres y hermanos, nos venimos a Río Azul porque en el año 1943 el mandador del Sanatorio Las Mercedes le regalo un terreno a mi papá con el fin de que viviéramos y trabáramos la tierra (sembrar) nos venimos todos mis padres y hermanos, Rafaela, Juan, Gabriel, Esperanza, Joaquín, y dos hermanos mas que murieron pequeños Gonzalo y Ana Maria. Yo tenía 12 años.
No fui a la escuela, no me pudieron poner.
Mi juventud fue muy calmada solo pasaba en casa, recuerdo que jugábamos en la calle por donde hoy esta la ultima parada de buses de Quebradas- quedo, un juego de de tirar y agarrar la bola que a veces no teníamos y hacíamos bolas de papel, una vez jugando escuchamos unos ruidos raros, como silbidos y mis amigos me decían corra, corra que puede ser el “mico malo”, fue muy vacilón.
Después de que me junte, a la edad de 18 años con Abel, me fui a trabar a las fincas regando abono, sembrando y juntando café, esa era la vida mía. ¡Antes si se trabajaba! ahora no, la gente no quiere ni coger café.
Le pusieron Calle Salas por que todos lo que vivimos en esta calle somos de apellido salas, somos familia, la cual yo soy la de mayor edad,yo le digo de broma “calle salada”
Era muy incomodo ir a San José o San Antonio pues teníamos que pasar varias veces el río, por eso se le llama Quebradas, era todo un dilema salir a ser mandados, cuando el río crecía no podíamos salir, algunas personas años después pusieron árboles como puentes les estoy hablando de los años 40-50.
Cuando me iban a regalar a mis hijos mi viejito me llevaba caminado hasta San Diego para agarrar el bus y llegar a la clínica de Tres Ríos.
-antes se pasaba mucho trabajo, había que pasar cercas y barriales que no era jugando.
Yo les digo a mis nietos que ellos no saben lo que es pasar pobrezas como las que pasamos antes, comíamos pan cada 8 días, no es como ahora que se come cada uno medio bollo de pan a cada rato.
Mi mama se enfermo, por mucho tiempo estuvo internada en el hospital, mi abuelita era quien nos cuidaba y como la comida era escasa agarraba una tortilla, la partía a la mitad y de esa mitad nos daba un pedacito a cada uno y no se podía pedir mas.
El tiempo de ahora es mejor que el de antes, ahora hay mucha ayuda ahora nadie se queda sin comer.
A nosotros en una Semana Santa recuerdo que lo único que teníamos de comer era una tacita de cubases que nos había regalado una vecina, mi abuelita nos dio una cucharadita a cada uno, pero uno se la comía sin decir nada no se si por tonto o humilde, ¿Qué era una tacita de cubases para 8 personas? eso siempre lo recordaba mi hermana Esperanza cuando los hijos se quejaban de la comida que teníamos.
Siempre fuimos muy pobres-
En el día de hoy me considero humilde y agradecida con Dios que tengo una pensioncita y con eso sobrevivo.
Por eso digo que el tiempo de antes era mejor, ahora suceden cosas muy feas, antes éramos muy pobres pero vivíamos muy tranquilos, Río Azul esta muy violento ya no se puede salir, ya no se ve gente de antes, solo extraños, ¡ aunque ahora hay cosas bonitas como el estadio, la iglesia, casita azul, Ebais!.
Los momentos más felices de mi vida fueron cuando nacieron mis hijos.
Los más tristes cuando murió mi viejito, después cuando murió mi hijo Jorge, no quisiera ni acordarme, y lo ultimo, cuando murió una nieta que quería mucho.
Mi vida a sido muy dura, en primer lugar por la pobreza, en segundo por que creo o siento que ha sido una vida muy atropellada- (entre llanto)- ¿será que uno es muy pendejo? yo aveces me pongo a decir y pensar como puede ser que yo valla a cumplir 83 años y todavía este, pero eso es la voluntad de Dios. “así es la vida durilla” pero ahí me tiene Dios.
DIOS LOS BENDIGA A TODOS.
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