Rio Azul

Distrito número ocho, del cantón de la unión de la Provincia de Cartago, reconocido como tal desde 1968, pero con mas 100 años de existencia como caserío.
Limita al norte con San Diego, Al sur con el Guarco,,Patarrá, Fatima y Desamparados, al oeste con la Colina de Tirrases de Curridabat.
Sus linderos se inician en el Alto de Coris y terminan en Calle Churuca.

El nombre de Rio Azul se debe a las transparentes aguas de un rio que atravesaba el lugar, aun corre un pequeño riachuelo definiendo el limite entre Rio Azul y San Antonio, La Unión y Desamparados, Cartago y San José.

viernes, 16 de octubre de 2020

Padre José María Seas Chinchilla

 

Mi nombre es: José María Seas Chinchilla

Papá, Arcelio Seas Navarro     

Mamá, Ortelina Chinchilla Castro

Nací en Hospital Central San José

Crecí en Rio Azul

Fecha de nacimiento el 26 de mayo de 1957

Hermanos 21. Pero murieron 6

Vivos: Urbino, Digna, Teresa, Idaly, Carmen, María, Yadira, Nuria, Oven, William, Gerardo, Trino, Álvaro, Martin y Miguel.

 Estuve en la escuela a los 7 años en primer grado en Patarra, la primer maestra fue Carmencita Obando, segundo grado lo hice en Rio Azul, tercer grado en Patarra, 4,5,6 grado en Rio Azul, el colegio lo hice en Cartago, en el Santo Domingo Sabio ubicado en el Molino de Cartago, en un internado desde los doce años, fui motivado por la maestra de religión de sexto grado, la Niña  Virginia Cortez Castillo, quien vive toda vía, ella fue el instrumento de Dios que me llevo al sacerdocio, mis papás hicieron un sacrificio grande para llevarme a Cartago, ahí empecé la secundaria regido por los Salesianos,  la orden que pertenecía el Padre Juan Gamboa, en mi infancia me encantaba jugar aventuras, como subirme a los árboles, nadar en los ríos, hacer pozas sin permiso de mis papás, era un niño que me gustaban las apuestas, jugar bola, siempre andaba descalzo y con los de dedos todos chollados, jugaba en mecate a ser Tarzan a  Batman y todo ese mundo de fantasía que todo niño sueña. También jugaba trompos, cromos, escondidos, quedo,  aquellos juegos  que antes lo disfrutábamos, que  momentos más lindos, también reventar cohetes o bombas todo eso me gustaba. Las chiquillas también me gustaban pero sabía escoger, cuando iba para Patarra a la edad de ocho años paso una chiquilla y me hecho un piropo y yo me enoje mucho quise decirle una palabra ofensiva y le dije: no han salido de la cuna y ya enamorando, también me enamore de una niña, una vez vino a visitarme yo estaba con paperas y me daba vergüenza que pasara al cuatro donde estaba, pero mis hermanas la pasaban para molestarme, esa era la competencia de los niños ver cual niño besa a una niña

Mi casa era un hogar Cristiano, donde todos los días se rezaba el Santo Rosario, mi madre nos llamaba  a todos no por nombre, como éramos tantos con palmadas, para que entráramos a la casa a rezar.

 Una vez mi madrecita me castigo cuando yo venía de la escuela, iba detrás de un camión corriendo, alguien le paso el chisme a mi madre, allá venia su hijo Josecito tratando de subirse a un cajón de un camión y me castigo, yo le dije mamá quien le conto? y me dijo un pajarito, como estaba tan niño no supe interpretar al día siguiente con una flecha buscando el pajarito , entre otras castigadas por mentiroso especialmente cuando me iba a bañar a las pozas.

¿Cuándo nació lo del sacerdocio?

Aprendí de mamá el amor a Jesús Y María, desde los 6 años aprendí a rezar en público, una vez que murió una señora en el pueblo mi mamá  no podía hacer el novenario y me mando a mí y toda la gente decía ¿Dónde está el rezador? y algunos  contestaban es ese niño, no me veían pero si me oían, yo sentado en una sillita con un rosarito con los pies guindando x que no llegaba al suelo, ¡no puede ser ese es el rezador!, ya me van escuchar pensaba yo, me ganaba las felicitaciones , la admiración y después el cafecito con arracache. Ahí ya estaba la semillita sembrada por un lado bailaba y por otro rezaba, no se podía saber que iba ser de ese niño, a los doce años dos semanas para terminar mi sexto grado vino la maestra Virginia Cortez Castillo, era una maestra bien atractiva una hermosa rubia y dando clases de religión viene ella y pregunta ¿Quién quiere ser sacerdote? no sé si por quedar bien con ella pero yo dije yo quiero, levante la mano yo no entendí nada de qué era eso solo entendí que adiós noviazgo, adiós chiquillas, adiós bailes y entregarse a Dios , Yo llegue corriendo  donde mi mamá y le dije, mamá,  la niña pregunto ¿Quién quiere ser sacerdote? y yo levante la mano, mamá me dice ay papá ¿y usted quiere eso?, mamá ¡yo si quiero!, dígale a papá a ver que dice, papá es el que tiene que pagar, él decía ay no puede ser, somos tan pobres y cuesta mucho, mamá empezó a defenderme, papá decía tantos han entrado y han salido, mamá decía: entre cien uno, pero pude ser, y papá dijo dígale a Josesito que de alguna manera hacemos,  ya que era muy caro el internando, fui a buscar a la chiquilla que me gustaba y a contarle la decisión  nueva que tenía y le dije, fíjese que me voy a ir a Cartago a estudiar para sacerdote, me dice pero ¿puedo ir a visitarlo allá? y le dije ahí no permiten mujeres, unos días después no sé por qué me hizo un regalo de despedida, me regalo una medallita donde venía una figura de una iglesia, no lo entendí en ese momento, pero después si, como diciendo ¡ella será tu esposa!,

Pagaron mes a mes mis estudios a puro esfuerzo, estando en el internado me hizo mucha falta mamá y me pegaba unas lloradas, me hacía falta el agua dulce, el beso de mamá, la familia, me pegaba noches solito, estaba muy pequeño, 12 años, me sentía muy triste en medio de muchos niños, sentí que me mandaron castigado, me entro una nostalgia, me metía a los baños a llorar, cuando me iba a acostar debajo de las cobijas porque me daba vergüenza que me vieran los demás niños llorando  y pensaba quiero decirle a mamá que me lleve, ya no voy a seguir mas, ella me visitaba cada domingo, pero ella llegaba tan contenta y feliz de ir al seminario que yo por no hacerla sentir mal no le decía nada y me guardaba todo el dolor, cuando se venían ellos de la visita era peor la soledad, ahí si me culpaba yo y me decía, ¿Por qué no le dije que ya me quiero ir?, así me paso varios domingos, al segundo mes ya no pude soportar y le dije, mamá  ya me quiero ir y solté a llorar, las madres son sabias, con un instinto se me quedo viendo con una sonrisa y me dice, las puertas de la casa están abiertas, ¡que madre!, ¡qué lindo!, usted está aquí porque usted lo pidió, vea lo que le ha costado a tu papá y a mi hacerte caso, y me hizo sentirme seguro de una decisión que yo mismo había tomado, eso sí, acabo de pagar el mes, vea lo que cuesta, eran 50 colones por mes, era mucho dinero en el año 69, vamos hacer esto, termina el mes vengo yo y te llevo y punto, eso me alivio tanto el alma y el corazón,  algo mágico ocurrió en mi corazón, ese niño triste desapareció, empezó una gran alegría, me sentí tan importante porque yo había tomado una decisión que  empecé a jugar de todo cosa que no lo hacía, al final del mes viene mi mamá y me lleva pero que paso, mamá se había dado cuenta del milagro, no me pregunto si yo quería irme, llego a pagar el siguiente mes por que vio un cambio en mí y yo tampoco le dije nos vamos, una transformación que me acople bien a ese mundo, ahí me quede cuatro años x que el quinto fue una prueba, me dice un Padre, ahora vas a estar un año con mujeres o pierde la vocación o se fortalece más, me fui para el Liceo Samuel Sáenz de Heredia, una clase diferente donde veía compañeros y compañeras, soy sincero las muchachas se portaron muy bien muy respetuosas ninguna me puso zancadillas para hacerme caer, “tentaciones”. pero los varones si metieron zancadillas, yo llegaba a la clase después del recreo me sentaba  y no me daba cuenta que los varones con los ojos puestos en mi a ver que reacción ponía, abría el cuaderno me topaba una hermosa mujer desnuda, la metían en el cuaderno y me ponían una frase ¡Seas despierta!, lo que te estás perdiendo, ya yo llegaba con cierto nerviosismo a sentarme y ahora que me espera decía, yo no me enojaba tampoco, los entendía eran jóvenes, y más bien me hice amigos de ellos , los fines de semana organizaban bailes pero prefería irme en bicicleta a bajar manzanas de rosa a pasear y jugar futbolín, una año pase en ese lugar.

Ese fue un año tan especial que fue de salir de un ambiente tan cerrado del seminario aun lugar tan abierto donde había tentaciones, ahí estaba el camino mío o me enamoraba o me hacía sacerdote, confieso que si me gustaba, ahí tengo nombres de fulanitas muy bonitas pero me abstuve a decirles porque si lo tomaban en serio no sé.

Me mandaron para Guatemala porque ahí estaban los estudios superiores para ser sacerdote Salesiano no  había acá, hice muchas veces ese viaje por Tica Bus cruzando todas las fronteras tres días de viaje para llegar allá, viví un gran terremoto que pensaron mis familiares que yo había muerto, después de dos o tres meses se dieron cuenta que aún estaba con vida.

Me ordene el 15 de agosto de 1985 en Guatemala, fueron mis padres un hermano y una familia representado a Rio Azul de apellido Godínez Arguedas, cuando llegue a Costa Rica dos buses me fueron a recibir y en San Antonio me bajaron y desde allá hasta acá en una fiesta enorme recibiendo al nuevo sacerdote de  Comunidad.

¿Padre a usted lo han herido?

 Si, si la verdad sí, es parte de nuestra vida y he llegado después de treinta años como dicen en Guatemala, no nos creamos que somos el ombligo del mundo, hay gente que nos quiere y hay quien no nos quiere, no nos creamos que por ser sacerdote todo el mundo te va a recibir, a esta altura ya sé que hay desprecio, que hay rechazo que hay indiferencia, y que uno llega a caer  mal, no todo el mundo te va aplaudir, te va a querer, yo sé que hay quien me da la espalda, y duele porque somos de carne y hueso, y entonces es bueno para mi orgullo, eso es una dosis de humildad y aceptar eso ayuda, uno mismo tiene que luchar contra la cólera y el orgullo, tampoco a Jesús lo recibieron y le aplaudieron, los sacerdotes tenemos que ser fuertes, también aprender a similar el rechazo y que digan ustedes son homosexuales y te insultan, duele, cuando te lo dicen y uno no tiene que andar defendiendo un momento que uno tiene que quedarse calladito digan lo que digan más cuando se corre que alguno cayó y se generaliza, dicen todos, los curas son iguales, y no, cada uno tiene su historia.

A mí me costó mucho llegar a la meta yo estudiaba mucho, y hasta con un foco debajo de las cobijas estudiaba para no molestar a nadie, también era bueno para jugar futbol, me llamaban cabecita de oro por los goles que hacía de cabeza, mi equipo preferido es Cartago.

Me gusta mucho la música, toco guitarra, marimba, piano entre otros, me encanta cantar, escribo bien el inglés y francés me encanta el latín y el griego y el idioma indígena donde estoy actualmente el keachi en ese idioma doy la misa y predico.

Las anécdotas que me han pasado son con los borrachitos cuando estoy dando misa, yo les digo ya los atiendo, un momento, entre tantas cosas que han pasado con viejitas y con jóvenes y niños. Hay misas movidas, tristes, en la calle en la montaña.

¿Cuál es el momento más duro que ha pasado?

 Cuando Dios se llevó a mis padres, acaso yo tenía esposa e hijos, yo sé que tengo una familia, al Pueblo de Dios, pero los padres son irremplazables.

El momento más alegre fueron los títulos y los ganes de los exámenes.

El más importante fue cuando me ordene como Sacerdote después de tanto esfuerzo y tantas cosas que había pasado.

¿Cree que ha hecho lo suficiente?

Valoro el trabajo que ha hecho mis padres pero entre lágrimas y sonrisas me he preguntado qué hecho, yo no he fundado ningún Templo, yo no he hecho lo suficiente pero me consuela matrimonios que he unido, siento que no hecho lo suficiente porque hay  mucho que hacer, pero como dice la biblia yo soy un siervo inútil, le pido a Dios que me dé la oportunidad de hacer más cosas pero me esfuerzo para mejorar y llevar el evangelio de Dios a todo el que lo necesite.

Mi sueño es la tarea pastoral, ser fiel hasta la muerte, a pesar que yo tuve la tentación de dejarlo todo yo hable con los superiores y tengo una carta como testimonio donde yo solicite, no abandonar a Jesús, soy discípulo del Señor hasta la muerte eso no, pero si salir de la congregación yo me sentí encerrado en instituciones en códigos  y todo entonces yo solicite lo mande a los superiores entonces me dieron un año, yo Salí un año, acabo de entrar, por supuesto no me fui con mujeres ni cosas así, me fui a reflexionar un año solo en una casita a la par de un rio parecía un ermitaño para meditar mi decisión,  ahora volví otra vez a mi mundo con los Salesianos me estoy incorporando, me han recibido después de valorar y reforzar mi vocación la elección divina, Dios me ha escogido.

A los jóvenes de Rio Azul, les digo que quiero volver a este pueblo y dedicarme a ellos porque no me conocen y no los conozco, he trabajado mucho fuera, pero mi deseo es venir y ayudarlos a caminar hacia Jesús, el superior me dijo, te voy a prestar a Rio Azul para que trabajes un tiempo con ellos y espero que se haga realidad para venir acá y luchar juntos.

Padre Sea, este pueblo te espera con los brazos abiertos y ojala que se haga realidad tu regreso, nuestro pueblo necesita gente como usted que le inyecta energía, alegría y conocimiento para mejorar nuestra juventud, te queremos y felicitamos por los 30 años de vida Sacerdotal, que                Dios te bendiga y proteja donde quiera que estés.

https://www.youtube.com/watch?v=Qc_lxdLIrbI&t=90s 


https://www.youtube.com/watch?v=supiieuR0eM&t=456s

miércoles, 1 de agosto de 2018

Testimonio de vida de Carlos Tencio Tencio un ex -drogadicto de Río Azul

Mi nombre es Carlos Tencio Tencio, conocido como “Chochoni”. Nací el 12 de julio de 1963.
Quiero contarles mi vida para que niños y jóvenes conozcan mi historia, quizás les ayude a reflexionar a todos aquellos que se encuentran sumergidos en el flagelo de las drogas.
Desnudaré mi vida y reviviré el dolor que durante muchos años atrás sentí, para que sepan que con Dios todo se puede.
Es una historia bastante fuerte. Desde muy niño, a los 12 años, comencé a consumir drogas y lo más duro: pedí dinero en las calles. Fui despreciado por la sociedad.
Mi niñez fue muy dura, me crié solo con mi mamá y mi abuela. Como tenía más hermanos, estudié hasta segundo grado de la escuela, según yo para ayudar a mi madre con la responsabilidad de los otros hermanos. Así lo hice algunos días, pero tenía un gran resentimiento con mi papá. Yo supe quién era él, pero nunca se responsabilizó de mí, ni siquiera quiso verme, eso generó un gran rencor en mi corazón que cada día se hacía más grande.
En un momento sentí que no tenía obligación de cuidar a mis hermanos, ni nada de eso, decidí para entonces refugiarme en un camino que creí conveniente. Fue cuando la chusma me recibió, como la familia que necesitaba, empecé a ver la forma de ellos, las cosas que hacían, la libertad que tenían, me gustó y me involucré. Por eso digo que es muy importante siempre la instrucción de los padres y todo lo que es académico, pero primero que todo lo espiritual: Dios es lo más importante.
Uno siempre tiene que estar ocupado en algo constructivo para no tener tiempo de pensar en lo malo, si no hay instrucción se buscan otras formas de matar el tiempo, tal como en mi caso, mi madre era mujer sola, trabajaba, yo quedaba con la libertad de hacer lo que quisiera, ese momento era donde ocupaba hacer algo y fue muy fácil buscar lo malo. Como dice el dicho “una mente desocupada es nido del diablo”, para las cosas malas sobra gente que te ayude. Ahora pienso en el tiempo que pude aprovechar en mi bienestar, lo desaproveché con los malditos vicios, esa mala decisión me costó enorme dolor, adoptar como familia la famosa chusma del momento, ellos fueron mis maestros, mi escuela y aprendí a sentirme orgulloso de lo que hacía.
Yo empecé a consumir la droga no porque alguien me embarcara, fui yo el que insistió meterme en esto por mi propio gusto y placer. Buscaba el vicio porque realmente lo quería, obligué a otro drogadicto para que me la diera para probar por primera vez un cigarrillo de marihuana, de hecho, no aguanté mucho, con poco ya me sentía acelerado y asustado. Lo hice con otro amigo, después me gustó y seguimos consumiendo. Poco después nos unimos a lo que llamábamos la chusma, donde había de todo: consumidores y vendedores.
Era tanta la necesidad que trabajaba poco y consumía mucho, no me quedó más que robar. A los 14
años empecé a distribuir droga en Río Azul, para entonces tenía trabajo en Productos de Concreto
pero renuncié, ya que lo que ganaba en 15 días en la fábrica me lo ganaba en tres días con la droga.
Durante muchos años este fue mi negocio, empecé a tener problemas ya que en lugar de venderla
me la consumía yo. Cuando tenía que pagar no tenía el dinero, los jefes me amenazaban y me
golpeaban, me obligaban a pagar la deuda con más distribución; eso era una presión enorme para
mí y no me quedaba más que salir a robar y asaltar a quien se pusiera en mi camino.
Por esos años empezó a salir al mercado la cocaína, las pajillas por lo que el negocio se intensificó y
peor aún el consumo. Casi no lo vendía por consumirla, empecé a tener problemas con la ley por
tanto robo. Por la distribución era normal estar detenido, debido a esto, incluso robos que yo no
había hecho me los achacaban a mí injustamente, uno de ellos fue a la Iglesia Católica, robo que yo
nunca había hecho, no tenía nada que ver en eso pero mi fama era tan mala que lo más fácil era
decir que fui yo.
Cada día me consumía más en el vicio, vinieron más drogas: el pegamento, las pastillas y los hongos.
Formamos un plan con mujeres, las utilizábamos como carnada para asaltar a los hombres, fue tanto
el desorden que tenía en mi vida que sin darme cuenta ya era un indigente, pues no tenía una pisca
de dignidad.
En todo esto la que más sufría era mi madre que me veía como un esqueleto, no hay forma de
describirme, usaba el pelo largo, llegaba a la casa de mi madre y familia y todo lo que se pusiera en
mi vista me lo robaba. Mi familia, con toda la razón, ya no me quería ni deseaba que llegara a casa.
Recuerdo que a mi viejita la dejé varias veces sin comer, la platica que se ganaba producto de su
trabajo se la robaba. En el momento por la desesperación no me daba cuenta de lo que hacía pero
cuando me pasaba el efecto me sentía perro desgraciado, después de varias veces de hacerlo me
daba lo mismo, se me iba haciendo el corazón de piedra, era normal robarle a mi familia y vecinos
y asaltar hasta a los viejitos.
Sentía que la vida mía no valía nada, por eso me arriesgaba a todo. Me decía la gente que me iban
a matar pero era como que me dijeran “tome este plato de comida”, ya había tocado fondo, lo único
que me interesaba era buscar el dinero a como hubiera lugar para conseguir la droga.
La primera vez que caí en la cárcel me agarraron con 50 puros de marihuana. Estuve tres meses en
Cartago, fue muy triste, casi no recibí visitas, todo lo que viví en ese lugar fue muy duro, pero todo
apenas empezaba. Cuando salí de la cárcel, me sentía orgulloso de haber conocido el “Tabo”, según
yo, me sentía más poderoso, más hombre, fue algo tan estúpido, pero en ese momento en lugar de
reflexionar salí más malo, aunque por dentro sentía mucho dolor y pena conmigo mismo. Mi fama
se agrandó en todo Río Azul como vendedor y distribuidor de droga. Empecé a meter en el vicio a
todos los chamacos que conocía, les enseñaba cómo preparar la coca y envolver los cigarros de
marihuana, eso me servía a mí para mi negocio, más clientes, no me importaba el daño que le hacía
a ellos y a sus familiares.
Siempre, aún ganando mucho dinero con la droga, tenía que asaltar o robar, cuando se tiene el vicio
nunca es suficiente y la plata se hace agua, era tanta hambre que tenía que obligatoriamente tenía
que robar o quitarle a la gente lo que traía. Adopté el robo como un trabajo. A los narcos los llamaba
jefes, quienes muchas veces me dieron unas palizas porque me fumaba la droga y no tenía después
como pagarles, pero me las ingeniaba para seguir con ellos pagando con la misma distribución. Era
tan mala mi salud que mi jefe me dijo que ya no me daba más droga pues toda me la consumía, él
mismo me dijo: - mejor jale, pues usted no dura mucho, se va a morir y me sacaron del negocio.
Fue un duro golpe… ahora ¿qué hacía? Me refugié en el alcohol y la piedra, ya con eso tenía cuatro
vicios que mantener: cigarro, marihuana, piedra y alcohol y ni un colón para comprarlos. Era raro,
el vicio de las mujeres no lo tenía, pues no tenía tiempo ni para pensar en eso, mi único interés era
la droga. El flagelo más grande para mí era la piedra, es algo insaciable, no es como tener sed que
se quita tomando agua, la piedra te pide más y más y hay que hacer lo que sea para tenerla. Es tal
que lo lleva a un nivel que a uno no le importa el aspecto personal, yo no me bañaba, la gente no se
me acercaba por asco, el pelo lo llegué a tener por los hombros y lleno de piojos, pero a mí no me
importaba, ni me interesaba lo que pensaban de mí, ya era un indigente, ya no había algo peor,
estaba en el fondo.
Recuerdo un mes de junio en las fiestas de San Juan en Patarrá, ese día me pegué una borrachera
que no podía ni caminar. A como pude llegué al cuarto que tenía en Pueblo Nuevo y vi la puerta
abierta, de pronto salió alguien vestido de negro, que empezó a pegarme fuertísimo, fue tanto que
no se me veía la cara de sangre, abusó sexualmente de mí, yo no podía defenderme, estaba muy
ebrio. Después me tiró a un charral por la plaza y le prendió fuego al rancho. Luego me di cuenta
que le habían dicho que yo le había robado una marihuana y una grabadora, él buscó en mi cuarto
y al no encontrar nada, en su enojo me agredió. Pasé varios días en el hospital.
Él fue uno de mis “amigos”, se dio cuenta que yo no había hecho el robo y repetidamente me pedía
perdón. Él tenía miedo que yo tomara venganza, no niego que estuve a punto de mandarlo a otro
planeta pero como ya conocía la cárcel me dio miedo y no hice nada.
Después de eso me sentí como un gusano, para mí la vida no valía nada y solo quería morirme, el
vicio fue mi refugio y compañero. Como no tenía ya donde vivir me fui para Quebradas, donde me
recibió en su casa mi mejor amigo, que también tenía problemas con el vicio, como estaba más cerca
de las fincas me iba con ellos a coger café.
Un día decidí volver otra vez a Pueblo Nuevo. Casi llegando, un señor que vendía carne se me cruzó
en frente y sin saber por qué, me atacó, no me quedó más que defenderme y también le pegué.
Continúe caminado pero un amigo del señor salió con un machete, el cual me lo pegó en el cuello,
como puse las manos para cubrirme la cabeza me dio repetidamente en ellas. Ese día recibí 14
machetazos en varias partes de mi cuerpo. La gente que había alrededor gritaba y creían que ya
estaba muerto pues ni siquiera me movía, fue hasta que llegó el Poder Judicial y vieron que yo tenía
pulso, aún estaba vivo, ya después no recuerdo nada. Fue hasta en el hospital cuando desperté en
la unidad de cuidados intensivos, tenía un pulmón perforado y mi cuerpo parecía un trapo todo
remendado.
Duré dos semanas en el hospital, al salir vi de nuevo la realidad pero nunca pensé en Dios y menos
en la nueva oportunidad que me había dado, solo pensaba la forma que me iba a vengar. La ira y el
odio se apoderaron de mí, podía tener todos los requisitos que necesitaba una persona para matar
sin remordimiento. Apenas pude caminar busqué lo que tanto ocupaba: la droga.
Seguí haciéndome y haciendo daño, tomé la decisión de volver a Quebradas, cansado de todo esto,
quería buscarme un trabajo para cambiar un poco la vida que llevaba, ya me pesaba demasiado,
aún no entiendo cómo pude superar tanto y cargar tan gran peso.
Un día, tomándonos unos guaros a las orillas de una Iglesia evangélica que hay en Quebradas,
apareció un amigo que asiste a esa iglesia quien me invitó a un culto, no sé por qué pero acepté su
invitación. Me dio trabajo y empezó a hablarme de la Palabra de Dios. Poco a poco me fui acercando,
me sentía bien, sobre todo tranquilo, esto era como cuando uno tiene mucho calor y le ponen un
abanico que empieza uno a sentir sabroso. Estando ahí pensaba y recordaba todo lo que me había
sucedido, comparaba la vida de antes y la del momento y veía la gran diferencia.
No era fácil el cambio, pues el demonio no me quería soltar. Aun asistiendo a la iglesia, los vicios
existían en mí y sobre todo la gente que me quería hacer tropezar. En mi desesperación rogaba a
Dios que me sacara de esta esclavitud, yo le decía: - Señor yo no nací para llevar esta vida, tú me
mandaste para ser libre. Yo sabía que él me escuchaba pero no sabía cómo escucharlo a él.
Empecé a comprender que con Dios la cosas eran diferentes y solo él podía darme la paz que hace
muchos años buscaba. Fue en el año 1997 cuando tomé la decisión de dejar los vicios
definitivamente, le dije Señor: - Acá está mi carga ya no la quiero más, la cambio por tu cruz,
permíteme caminar contigo. Ese día el Señor tomó mi vida y yo se la di.
¡Mi vida era otra, la dignidad volvió a mí y con ella la salud y la felicidad!
Qué grande es mi Dios y que bueno, él sabía que me faltaba algo, alguien con quien compartir mi
felicidad y me premió sin merecerlo con una gran mujer: Marianela Alvarado, aún más con dos hijos,
¿qué más podía pedir yo? En un año Dios me dio todo lo que hoy es mi tesoro, hoy oramos juntos y
pedimos al Señor por todos los que están sumergidos en la esclavitud de los vicios.
Quise contarles esto para decirles a todos los que en este momento están en las drogas y quieren
dejarlas, que sí se puede, hay una salida, que Dios es misericordioso, solamente hay que dejarlo
entrar en nuestras vidas, porque él siempre está con nosotros y soy testigo de ello, en mis tiempos
difíciles nunca me abandonó y no me dejó morir.
Así como llevé gente al vicio, hoy puedo recomendarte a Jesucristo, el único que puede cambiarte
y darte la verdadera felicidad.
Hoy en día me dedico a que mis hijos tengan lo que nunca tuve, o lo que nunca supe que podía
tener. Ellos son mi orgullo, el verlos crecer tan sanos me alegra el corazón.
Gracias Dios por tu infinita misericordia.

Rio Azul Pueblo Querido!


domingo, 29 de julio de 2018

Historia de Río Azul


Historia de la comunidad de Rio Azul 
Nuestra historia empieza a finales de los años 1800 en la  finca "Las Mercedes",  propiedad del Gobierno, comprada al Dr. Guatemalteco don Antonio Cruz Polanco, el 13 de Julio de 1896, en 140.000 pesos,  sitio que reúne todas las condiciones apetecibles para un hospital de leprosos.
Desde 1902 y hasta 1914 el médico director del Lazareto fue el Dr. Elías Rojas, quien desde muchos años atrás mantuvo gran interés en este tipo de pacientes. Para la inauguración del Sanatorio "Las Mercedes", él fungía como su director, mostrando gran interés por dar un cambio al tratamiento de sus pacientes y lograr su erradicación.
En relación con el nombre "Las Mercedes", es importante, aclarar que no fue impuesto por la donación del terreno por parte de la señorita Mercedes, hermana del Dr. Cruz Polanco; sino, porque ella, ya fallecido su hermano, permitió que los trámites necesarios fueran realizados por parte del gobierno, sin tomar en cuenta un litigio que el Dr. Cruz, tenía, con el gobierno, desde 1896, sobre la distribución de la suma pagada por el mismo. Si ella no hubiera intervenido no se hubiera logrado el acuerdo amigable, sucedido el 16 de Noviembre de 1905 y posiblemente no se hubiera instalado el Asilo en ese lugar.
En 1908, fue trasladado el Asilo de Leprosos a la Finca "Las Mercedes" La ubicación geográfica del Sanatorio Las Mercedes es muy indefinida. Está entre las provincias de San José y Cartago. A principios de siglo XX, su ubicación se consideró siempre en Tres Ríos. Este lugar ha sido comprendido hasta nuestros días, que la Finca era parte del Cantón de Curridabat. El asiento propiamente dicho del Sanatorio era: Cantón de Curridabat, distrito 4° o Tirrases y la finca en casi su totalidad, está localizada en la Provincia de Cartago, porque pertenece al Cantón de La Unión, distrito 8° o Río Azul. De ahí la ambigüedad y la confusión de nombres, cuando se ha tratado de localizar el Sanatorio Las Mercedes en División Territorial de la República.
Cabe resaltar que los cerros (Asilo) donde se ubica el relleno sanitario y  (Loma de Gobierno) donde se ubica Linda Vista comprendían la finca las Mercedes, mismos que se utilizaban para labores agrícolas y ganaderas para dar alimento a los enfermos del leprosorio.
Lazareto Las Mercedes

 Para dar mantenimiento y soporte se contrataron personas de diferentes lugares del país para trabajar la finca, la historia nos dice que muchos de los empleados fueron favorecidos con pequeños tractos de terreno que los dono el mandador de la misma.
Primera lecheria de Don "nano" Murillo


Es curioso que gran parte de migrantes venían de Santa María de Dota y San Marcos de Tarrazú, mejor decir de la Zona de los Santos.
Nos cuentan los abuelos que hubo gente que trabajo en el lazareto que se enamoraron de los enfermos y se casaron, claro ya para entonces la enfermedad se había logrado controlar.
Casas que usaban los enfermos de lepra que se lograban casar entre si.

Es por eso que nos atrevemos a mencionar que prácticamente fue aquí en ese lugar donde comienza a escribirse la historia de nuestro pueblo ya que los primeros pobladores llegaron a trabajar y se quedaron, fue así como se empezaron abrir trechos, era tan difícil los caminos que para llegar a Calle Mesen había que cruzar la quebrada 13 veces, por ello el nombre de Quebradas.

Los primeros ´pobladores habitaron casas de madera y de barro, con pisos de tierra, grandes corredores y techos de tejas.
Para 1939 la ocupación principal consistió en elaborar carbón, como peones de fincas de café o  como bolleros trasladando productos agrícolas a San José.
Don Victor Gamboa "tato" conocido bollero de nuestro pueblo.

Una de las primeras industrias fue la Ladrillera de Rio Azul, propiedad de don Ernesto Gamboa.
En 1941 ya existía una pulpería propiedad de don “negro Valentín” hoy pulpería KTICA.
El comercio principalmente se realizaba con Desamparados y San José. Entre los años 1939 y 1956 la calle principal era de piedra, se contaba con 14 casas, la mayoría sobre la calle.
Así se mantuvo esos años, siendo el principal medio de transporte, la carreta.
No fue hasta el año 1970 que los pobladores de Rio Azul tuvieron servicio de transporte público (autobús) el cual tenía una ruta de paso por Desamparados.
Como se mencionó anteriormente las familias que habitaban Rio Azul eran agricultores, muchos de ellos dedicados al cultivo de café. El terreno donde se encuentra ubicada la escuela, el estadio y otros era una finca de café conocida como (Chilamate).
Finca Chilamate, hoy en día en este lugar se encuentra el Estadio de Río Azul, en la fotografía aparece Carlos Navarro y parte de la familia Seas.

Para 1954 donde hoy es el Parque de la Libertad era una finca de recreo, conocida como finca Azul, su dueño era don Gonzalo Monge Rojas y para esa época no existía agua potable por lo que muchas personas aprovechaban para bañarse en esta finca.


El nombre de Rio Azul se debe a las transparentes aguas que había en un riachuelo que nace o nacía donde hoy se ubica el relleno sanitario, para mejor señalarlo la quebrada que pasa por caserío Churuca, es ilógico que el rio que nos identifica sea la quebrada más contaminada de la zona pues acarrea gran cantidad de lixiviados.

La primera escuela que existió en el distrito de Río Azul se ubicó en la casa de Don Francisco Gamboa (conocido como Don Chico), la cual no tenía nombre, por tanto era conocida como escuela de Río Azul.. Fue en el año 1943
En el año 1950 la escuela se construye totalmente de madera con dos aulas con piso de tierra. El primer maestro y director fue el señor Claudio Mata, ya que la escuela en sus inicios era de tipo unidocente. No se contaba con agua potable ni electricidad en la escuela ni en el pueblo de Río Azul.

Primera escuela de Río Azul

En el año 1952   se dan las primeras misas para nuestra comunidad al no haber un templo, se ofrecían en ranchitos tapado con hojas para cubrirse del sol.
1952 Primeras misas
 El sacerdote venia de Tres Ríos y mejor aún ya contábamos con un sacerdote rioazuleño el Padre Juan Gamboa.
Padre Juan Gamboa
No fue hasta el año 1956 que se construyó el primer templo terreno donado por don Ernesto Gamboa.
Interior del templo
Exterior del templo



11 DE FEBRERO 1955      Visita Rio Azul Monseñor Ruben Odio,  ese día fue tan especial para la comunidad, toda una fiesta ya que era la primera vez que alguien tan importante nos visitaba, no fue la última, registramos varias visitas pues era muy amigo de la familia Gamboa.


27 DE ENERO 1957 se realiza el primer  turno en Rio Azul celebrando el día del Santo Patrono de nuestra comunidad San Juan Bosco.
Primer turno realizado, apreciamos en la foto al Padre Juan Gamboa y algunos vecinos del pueblo.

 En febrero del año 1962 por cuestiones de cercanía, en  lo relacionado a la religión, ya que era un poco incómodo para los sacerdotes viajar hasta Rio Azul desde Tres Ríos , nos unimos a la Parroquia de San Antonio de Desamparados.
6 de noviembre de 1959 llega la electricidad a Rio Azul
12 DE SETIEMBRE DE 1965  se inaugura la cañería 
17  de julio de 1968 se convierte el caserío de Rio Azul en el Distrito número ocho del cantón de la Unión, provincia de Cartago.
En el año de 1970 se construyen las primeras 60 viviendas en Linda Vista  por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), denominando a la ciudadela con las iniciales del nombre del instituto que le dio origen.
Un 10 de octubre de 1971, el Señor Manuel Montoya Solano, informa a la comunidad de Rio Azul en  Asamblea General de la Asociación de Desarrollo que el señor Carlos Polini, ofrecía vender parte del terreno ubicado frente a PANEFON, más o menos manzana y media, a razón de 5 colones la vara. Ya se contaba con un dinerito según se dice, faltaban 55000 colones, su precio total de 75000 colones, el cual los vecinos creyeron muy importante comprarlo, su aprobación no se hizo esperar, todos los vecinos trabajaron fuerte para adquirirlo.
Hoy en día se encuentra en ese lugar, la Escuela, estadio, Ebais, Salón Multiuso, Cementerio, entre otros.

El 9 de julio de 1972 se empieza a construir el primer puente, con un costo de 22000 colones, con un aporte de la Asociación de Rio Azul de 3000 colones más mano de obra, Ministerio de Trasporte mayor donador, y la Municipalidad de La Unión con 30 sacos de cemento más dos semanas de planilla para cuatro personas.

Ese mismo año el 8 de mayo la apertura del Relleno Sanitario, se ubicó en los terrenos vendidos por el señor Carlos Polini y en la propiedad del Patronato nacional de leprosos “Las Mercedes”. Esta finca estaba constituida por 115 hectáreas compuestas por bosques de eucalipto, terrenos dedicados a la agricultura y lugares de repasto. 
En ese entonces  los vecinos desconocían el manejo real de un relleno sanitario, las necesidades de contar con algún estudio de impacto ambiental, los posibles peligros que se podrían enfrentar.
En 1973 se dan la primeras manifestaciones de la comunidad en la entrada del basurero, la proliferación de moscas, aves de rapiña, roedores, olores nauseabundos, contaminación ambiental, calles con basura derramada entre otros problemas eran de todos los días.


El 7 de julio de 1974 da inicio la construcción de la carretera Rio Azul – Patarra.  (Productos de Concreto donó los tubos).
1978 Seis familias invaden terrenos construyendo ranchitos en el Alto de las Palomas, así le llamaban a Linda Vista antes de formarse como caserío.
1980 Invaden la zona de Linda Vista 800 familias.  Fue durante la crisis económica de 1980 y 1981 que la gran mayoría de las familias iniciaron su traslado a la zona hoy conocida como Linda Vista, en alusión al lindo panorama que es posible observar desde lo alto del cerro donde está ubicado. Se inicia la apertura de los primeros caminos de barro (trillos).

 La Fundación Caravanas de Buena Voluntad construye un comedor infantil y dona tubería para la extracción de agua de la finca propiedad de Don Beto. Los hombres se dedicaron hacer zanjas por más de cuatro km para llevar este valioso recurso a las alamedas.
Linda Vista se encuentra organizativamente dividida en ocho manzanas de acuerdo a la distribución que realizó el EBAIS, sin embargo la comunidad los conoce como sectores denominados con las letras de la A-F, además del sector conocido como IMAS. Existe a la vez un barrio de más reciente construcción llamado Pueblo Nuevo, ubicado en los límites de Río Azul, al norte de Linda Vista.

1 de marzo de 1981 se hizo realidad el Salón comunal de Rio Azul, después de varios años de su aprobación.



1983 Se establece la primera escuela cristiana de Linda Vista, con 525 infantes, inicia con un colegio pero este último funcionó solo ese año. Ese mismo año Inicia en Linda Vista formalmente el servicio de luz eléctrica. Se dan los primeros pasos del Centro de Salud, ubicado entre Río Azul y Linda Vista.
12 de febrero de 1984, se excluye a Linda Vista de la jurisdicción territorial de Rio Azul (no del distrito, si no del poblado, ya que fundaron su propia Asociación de Desarrollo), -Se colocan las mallas de la Escuela y Centro Nutrición. –Se cierra el famoso (estanco) o CNP donde casi todos los rioazuleños compraban los víveres.
1985 Se asfaltan las primeras calles de Linda Vista y el servicio de buses se inicia con la empresa de transportes  San Antonio de Desamparados.
1987 Comienzan las gestiones para la construcción del Cementerio de Rio Azul. 
Se abre la Iglesia Católica a cargo del Pbro. Fernando. Ese mismo año ocurre el Primer accidente de tránsito en el Cruce de Linda Vista donde murieron 5 personas.

  En Linda Vista
1988-Se construye el Puesto de Salud de Linda Vista.
1992 Se instalan los primeros teléfonos públicos en Linda Vista
1997 El sistema de salud de Linda Vista sufre una modificación al transformarse el Edificio que perteneció a la Fundación Caravanas de Buena Voluntad en lo que actualmente es el EBAIS con cuatro funcionarios.
2000 El agua ya es potable y administrada por Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (A y A). En Linda Vista.
El 8 de julio del 2005 Nuestro pueblo sufre uno de los desastres más grandes en la historia, cientos de personas refugiadas, decenas de casas destruidas e inundadas, lo más lamentable cuatro muertos.


El 31 de julio del 2007,  día histórico para Rio Azul. A las 5 de la tarde ingresó el último camión con basura, después de 35 años de vivir con este desdeñado vecino.

En el año 2008 se creó el Parque de la Libertad, mismo que se encuentra aún en construcción, está situado en un 75% en Rio Azul y un 25% en Fatima de Desamparados
En el 2009 se realizaron las primeras fiestas con toros en Rio Azul, estuvieron tan buenas que hasta hubo transmisión por televisión.
Hoy tratamos los rioazuleños de mejorar nuestra comunidad sin embargo las relaciones interpersonales se debilitaron y con ello la precariedad de la comunidad ha aumentado de manera significativa.  A raíz de esto, los intentos para llevar a cabo una reunión comunal y solucionar la mayoría de problemas sociales  es casi imposible, el desinterés por parte de los habitantes  es bastante grave y esto conlleva a un deterioro social en manos de la drogadicción, de asaltos hacia los mismos pobladores y necesidades  en el área de salud.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Entronización de la Imagen de Maria Auxiliadora a Rio Azul (historia)

¿Que celebramos el 24 de agosto los rioazuleños?
El Padre Juan Jose Gamboa Cordero, Salesiano, nacido en esta comunidad, en uno de sus viajes a España, concretamente a Sevilla, encargó a un renombrado artista, que le hiciera una imagen de MarÍa Auxiliadora. Cuando regresó a Costa Rica, se reunió con los miembros de la Archicofradía, que el mismo había fundado, y les encomendó la tarea de recoger la cantidad de mil dólares, para pagar la imagen que él había encargado, les enseño bocetos de la imagen y dio diferentes ideas de cómo conseguir el dinero, por los años 50 0 60 de siglo pasado era una suma bastante respetable.
Con más de un esfuerzo, se recogió la plata, pero nada que avisaban que la imagen estuviera lista. El Padre Gamboa les pedía que hicieran muchas oraciones, para que la imagen llegara a Costa Rica lo más pronto, pero nada. En el siguiente viaje el Padre, se llevó la gran sorpresa que la imagen no solo estaba hecha, sino que la tenían en una de las iglesias de Sevilla, y por más que se hizo gestiones y demostró que esa imagen había sido pagada, no la entregaron, y dieron por escusa que había sido declarada de interés nacional y que no podía salir de España.
Fue un golpe muy duro, tanto para el Padre Juan como para toda la gente de Río Azul que con tanto sacrificio había conseguido el dinero.
Pasaron los años, y prácticamente se había perdido toda esperanza de que la imagen de la Virgen, viniera, cuando una noche recibimos una llamada del Padre Gamboa, avisando que él había llegado unas horas antes de España, y que traía con él un gran tesoro, la imagen de María Auxiliadora, que después de tantos años se la habían entregado.
Fue algo increíble, aún hoy se pregunta uno, que pasó, es un verdadero milagro, esto sucedió en agosto de 1993, se le comunicó al Padre Peña que en ese momento era nuestro Párroco, y con su gran acostumbrado dinamismo, se inició, la organización de la llegada de la imagen a Río Azul.
Capítulo aparte, merece mencionar un hecho, que solo Dios puede saber, el por qué. Después de la llamada que hizo el Padre Gamboa, tuvo un quebranto de salud tan grave, que ni siquiera se dio cuenta, de que la imagen fue sacada del Colegio Salesiano en Zapote y traída a Río Azul con gran solemnidad y que este acontecimiento fue una verdadera fiesta para toda la Parroquia de San Antonio de Desamparados, como nunca se había visto. El Padre tuvo una mejoría bastante notoria y pudo venir a ver su querida María Auxiliadora, como dos mese después de haberla traído a Río Azul.
Volvemos atrás con la historia, y contamos, que al día siguiente de la llamada del Padre, el Consejo Pastoral de Río Azul acompañado por el Padre Peña, se presentó al colegio Salesiano, y fue recibido muy amablemente por su Director, quien autorizó al Padre Peña, para que dispusiera el día y la hora que considerara oportuno el traslado de la imagen.
Y comenzaron los preparativos. Se acordó la fecha del 24 de agosto. El párroco consideró que toda la parroquia debía recibir a su Santa Madre, y organizó el recibimiento por sectores y pidió a todos los vecinos que arreglaran el frente de sus casas.
No puedo dejar de contarles cómo fue ese traslado, por aún hoy, cuando uno lo recuerda, saltan las lágrimas de la emoción de algo que se vivió y que forma parte de la historia de nuestro pueblo.
El Consejo Pastoral integrado por los señores: José Francisco Gamboa, Antonio Martinez, Hipólita Gamboa, Cecilia Gamboa, Viria Duran y Nelly Artavia con la ayuda de muchos voluntarios, preparamos una carroza toda llena de rosas, en la carreta de un trailer, conducido por Jorge Varela, salimos de Río Azul a eso de las 3 de la tarde rumbo a zapote, ahí se puso la imagen bien asegurada, y a eso de las 4 y 30 salimos rumbo a San Antonio donde sería recibida a las 6 de la tarde frente a la iglesia. Le correspondió al Padre Eduardo Campos, sacerdote misionero, realizar el recibimiento, con la oración del Ángelus. Con campanas y pólvora y muchísima gente, se dirigió a su destino.
La venida de Zapote a San Antonio es algo digno de recordar, la belleza de la imagen y la carroza, llamaba tanto la atención que las personas y los carros se detenían a contemplarla, aparecieron dos agentes de tránsito, quienes dieron vía libre a la carroza y a todos los carros que veníamos acompañando, y no sólo eso, sino que se colocaron frente a la carroza y la escoltaron hasta San Antonio.
Fue impresionante el recibimiento que le hizo la comunidad de San Lorenzo y la de María Auxiliadora, los vecinos de El Solar, Las Acacias, los de Calle Churuca, tanto fue así que, que tardó 2 horas de llegar de San Antonio a la entrada del Estadio, frente a la escuela donde Monseñor Troyo celebró la Santa Eucaristía.
Concluyó la actividad, con una serenata y un juego de pólvora.
Información de NELLY ARTAVIA, responsable- Fernando Martinez

Visita de Monseñor Ruben Odio Herrera A Rio Azul 1959

El 21 de agosto de 1959 muere Monseñor Rubén Odio, la historia nos cuenta que era muy amigo del pueblo de Rio Azul, de hecho nos visitó dos veces como Arzobispo, para algunos es nuevo esto, para otros es refrescar la memoria de tan distinguida visita, pero que fue lo que vino hacer Monseñor Odio a nuestro pueblo?
En una visita que hizo el Padre Juan Gamboa a Rio Azul el día Lunes 13 de diciembre del 1955, ya que se encontraba en Honduras había recomendado comprar un Vía crucis. Aunque fueran unas estampas y argumento que era una devoción muy provechosa, algún feligrés se enteró y rápidamente comenzaron a recoger el dinero.
En el mes de enero de 1956 se compró el vía crucis por la suma de (140 colones).
El 11 de febrero de 1956, tuvimos el gran honor de recibir al excelentísimo Monseñor Rubén Odio quien vino exclusivamente a bendecir el Vía crucis, se mostró muy contento de estar en esta comunidad, se prolongó la fiesta hasta las 6 de la tarde en casa de doña Pilar Gamboa con un banquete acompañados también por dos Sacerdotes quienes eran los encargados de dar las misas en Rio Azul, el Padre Coto y el Padre Gutiérrez. Esta fue su primera visita.
La segunda vez fue la vista Pastoral un sábado 3 de mayo de 1959, ese día era de gran fiesta para todos los rioazuleños, a las 5 de la mañana ya se encontraban los vecinos con escobas barriendo la calle, otros adornando como nunca se había hecho y apurando porque a las diez de la mañana llegaba Monseñor. Le pedimos al señor una lluvia de bendición para todos pero también nos mandó agua, se vino un enorme aguacero, igualmente todo salió como Dios quería.
Que doloroso fue para los riazuleños cuando nos llegó la noticia que Monseñor Odio había fallecido, apenas 3 meses después de su visita, escribió doña Pilar Gamboa.
Después de la muerte de Monseñor todos los 24 de agosto de cada año, más o menos durante 10 años, se celebraba una misa pidiendo por su alma. Lo que no sabemos porque los 24 si murió el 21.
Quien fue Monseñor Rubén Odio Herrera?
Nació en San José, el 22 de octubre de 1901 fue el tercer Arzobispo de San José después de Mons. Víctor Sanabria Martínez durante el período de 1952 a 1959.
Ordenado como sacerdote el 29 de junio de 1924 por Mons. Rafael Otón Castro
Terminados sus años de escuela primaria, pasó al Colegio Seminario para seguir sus estudios de Secundaria. Allí tuvo la oportunidad de ser compañero del futuro segundo Arzobispo de San José Mons. Víctor Sanabria Martínez. Hizo sus estudios sacerdotales en el Seminario Mayor y recibió el Presbiterado de manos de Mons. Rafael Otón Castro, el 29 de junio de 1924. En el año 1951 fue nombrado Prelado Doméstico de su Santidad y electo el 30 de octubre de 1952, recibió su ordenación Episcopal el 12 de diciembre de 1951, mismo día que fue ordenado Obispo Su Santidad, el Papa Paulo VI.
Su carrera sacerdotal la inició como Coadjutor de La Merced, en donde era párroco el Pbro. Rosendo de Jesús Valenciano. En 1925 el Padre Valenciano viajó a Roma para la celebración del Año Santo, dejando la Parroquia de la Merced en manos del Padre Rubén Odio. A su regreso, dijo:
Durante mi ausencia estuve absolutamente tranquilo porque dejé la parroquia en manos de un Ángel.
Personalidad
El concepto anterior refleja exactamente el sentimiento que los costarricenses tuvieron del Padre Rubén Odio, a saber, un sacerdote santo, dedicado a la oración, humilde, dispuesto a atender a cualquier persona a la hora que fuere; su casa arzobispal siempre estaba abierta. La paz de su espíritu llamaba a conversión a los pecadores y elevaba a la perfección a aquellos que permanecían cerca de Dios. Fue párroco en Ciudad Colón, Pacayas, Desamparados y Cartago; y en 1950 fue nombrado Rector del Seminario Menor. Tuvo siempre en gran respeto la figura de su antecesor Monseñor Sanabria Martínez y admiró el esfuerzo que puso aquel por unir a la familia costarricense.
Logros
Gobernó la Arquidiócesis con gran celo por la salvación de las almas; puso un gran esfuerzo por desarrollar las vocaciones sacerdotales desde la más temprana edad y presidió con gran solemnidad el Segundo Congreso Eucarístico Nacional, verificado en 1955.
En la actualidad su nombre fue adoptado en su honor por el Liceo Monseñor Rubén Odio Herrera ubicado en Desamparados.
Fallecimiento
Falleció en San José el 21 de agosto de 1959, muy próximo a los siete años de Arzobispado y llegando a sus 58 años de edad.
Responsable: Fernando Martinez

Primera misa en el templo nuevo

Hace 47 años se realizo la primera Eucaristía en el nuevo Templo de Rio Azul, un 9 de noviembre de 1970, para diciembre de este mismo año se realizo la primera comunión tal y como lo muestra la fotografía En abril de 1971 el Padre Juan Gamboa consiguió unas lamparas, las cuales se estrenaron en el mes de mayo. un 24 de marzo de 1972 se colocaron las puertas laterales, en el mes de abril de 1973 se comenzó a poner el cielo razo, entre agosto y setiembre del 1976 se coloco el terrazo, que aun hoy se conserva.

El Padre Juan (cuando llegue a viejo)

Que orgullo para nuestra comunidad!!! El Padre Juan Gamboa Cordero nacido en nuestra comunidad, el cantante nacional Martín Valverde le escribe lo siguiente y le dedica una canción que la posteamos al final, le invitamos a ver lo siguiente.
El Padre Juan (cuando llegue a viejo)
10 de julio de 2009 a las 9:03
La primera vez que lo vi nos formábamos para hacer la fila e ingresar a lo que sería el inicio del segundo grado de primaria, yo tenía siete años.
En la pequeña oficina a la derecha de la capilla del colegio había un nuevo cura, ya pintaba canas, era delgado y de cara afable. Se vestía con su sotana negra que lo hacía ver simplemente más alto y uniformado, (no me atrevo a decir que usara la misma de siempre pero mientras pudo estar activo nunca anduvo sin su sotana). Junto con su juego de llaves a la cintura lo acompañaba un gran rosario, que no era otra cosa más que una real muestra de su amor a María (sería uno de los grandes promotores del ejército azul en Costa Rica), y al final del mismo (rosario) había un crucifijo que aguantaría, como el mismo Cristo que representaba en la imagen, todas las temporadas de servicio del Padre Juan Gamboa.
Para cuando Juan llegó al colegio yo ya había hecho mi primera comunión, en el “Don Bos” no se daban largas a estos asuntos sacramentales. Aunque se me preparó bien, recuerdo, me hubiera gustado estar bajo las alas de Juan para este momento, como sea, a partir de su llegada iríamos haciendo mellas poco a poco.
Varias cosas nos fueron acercando, lo primero de lo primero Dios. La forma en que nos compartía la famosa clase de religión era magna, siempre gustó no solo de darnos clase, si no de inmiscuirnos en lo que nos enseñaba, hasta hoy los pasajes bíblicos que nos compartió quedan en mi mente como un gran rotafolio con imágenes a todo color sobre los pasajes imponentes que hacía que esto no se olvidara nunca, además, hay que decir, lo contaba como si fuera un testigo ocular. Otra cosa que nos acercó bien y para siempre fue la música. Juan tocaba el órgano en todo momento, en especial en la Misa, y siempre estaba atento a que de alguna manera fuésemos participando con el canto en la Celebración. Tenía una reproductora de cinta de un cuarto en donde tenía grabada las versiones de la misa que se habían puesto de moda después de lo que fuera el Vaticano II y Puebla, con todas las maravillosas adecuaciones de una Iglesia para con su pueblo y sus fieles, sin duda una de las vitales, poder allegarnos a Dios en nuestra lengua vernácula sin perder, por el contrario, ganando universalidad. El latín seguirá siendo el idioma oficial de la Iglesia, pero tomen en cuenta que no era la lengua natal del mismo Jesús, toca admirar la lengua oficial en casa al mismo tiempo que logramos hablar la de todos los hombres para llevarles el Evangelio. Juan se tomaba horas para que ensayando con su gran reproductor, más su órgano, más las letras bien aprendidas y ensayadas, la Misa fuera lo más salesiana posible. Para la secundaria, al yo ingresar al mundo de los guitarristas era cosa de minutos para que también me integrara al cantar de la Misa y similares. Eso terminó de acercarnos, y para esa etapa de mi vida, Juan y varios de mis compañeros de clase nos escapábamos a muchos lugares a cantar las Misas que le tocara celebrar en muy diferentes lugares, desde basureros hasta parroquias del Valle central. Puedo recordarlo caminando por todos esos lugares con un paso firme y con su sotana muy bien puesta.
Finalmente en aquel principio de conocernos lo que nos terminó de presentar fue el hecho de que yo era uno de sus mejores clientes para comprar un poco de todas las cosas que el buen Juan hacía por vender el tiempo entero, para poder patrocinar obras y misiones suyas y de la Obra Salesiana.(rosarios, imágenes, estampas, libritos de oración, etc.)
Durante la primaria fue siempre el cura directamente relacionado con nuestra formación espiritual, todo lo que tenía que ver con Dios y similares era asunto de el Padre Juan para con nosotros. Solo se le podía comparar con el buen y viejo Padre Mario Morera, quien aunque estaba retirado siempre estaba presente como un alma buena por todo el colegio, y participaba activamente en Misas, pero especialmente en el Sacramento de la Reconciliación. El Padre Morera a la hora de la confesada era como un puesto bueno de tacos frente a uno malo, toda la fila estaba de su lado, y en mucho era no solo porque fuera generoso con la penitencia, sino porque sabía oír, y como buen viejo lobo de mar no había pecado o asunto que lo impresionara y que no pudiera tratar y ayudar desde el confesionario.
Para los últimos años de colegio, Juan y yo nos separamos un poco en contacto, aunque no en relación, yo estaba en la energía de la adolescencia con mil sueños, en especial musicales, y aunque lo veía poco, siempre era un punto de referencia semanal para estar con él en la Misa, en la novena de María Auxiliadora y por supuesto cuando se le llegara a ofrecer algo de hecho.
Sé que muchas de mis reacciones le preocupaban, pero le admiro que se haya abstenido de confrontarme en varias, posiblemente apostando a la enseñanza que me compartió de niño y apostando a aquel versículo de Proverbios que dice: “Instruye al niño de pequeño, para que cuando crezca no se aparte del camino”. (Prov. 22,6).
En fin Juan era parte de los activos de mi vida y su presencia era total seguridad para mi persona de niño y de adolescente.
La Graduación (¡Atrévete a ser diferente!)
Finalmente llegó el día de formalizar la salida del colegio hacia la aventura de la vida, lo aprendido debía ser probado. En el momento del mismo acto, en lo que hacíamos fila para salir a lo que sería nuestro desfile, cada alumno pasaba con su familia y eso tomaba tiempo, éramos de la camada nacida en el 1962-63 que fue un año altamente prolífico en Costa Rica, y sumábamos cerca de ochenta entre los dos salones de clase, y por lo tanto, al ser yo de apellido Valverde, pues podía tomarme mi tiempo y relajarme en lo que todo esto llegaba a avanzar.
Justo ahí llega el Padre Juan y con la mirada me saca de la fila, nos vamos a la esquina que daba entre la Capilla y su oficina, y ya estando ahí me dice: “Toma esto es para ti”. Se trataba de un botón de exalumno salesiano que, aunque se nos iba a entregar a todos, no tenía para nada que ver con el valor sentimental y espiritual de éste que ahora se me entregaba un poco antes del formal en la ceremonia. Continuó: “Un último favor. Viene un época maravillosa para ti y para tu vida, vas a escuchar muchas voces y muchas opiniones, pero lo más importante sigue estando dentro de ti. Atrévete a ser diferente, atrévete a ser tú mismo. La voz que tienes que aprender a escuchar está dentro de ti. Y no tengas miedo que tu Maestro y tu Maestra siempre van a estar contigo, cuenta con eso”. Me puso el botón en la solapa de la camisa y me dio la licencia de regresar a la fila. Para muchos solo era el Padre Orientador, el cura de las clases de religión, para mí era un amigo de toda la vida, unos de los regalos más tangibles de Dios para ayudarme a suplir con creces la figura paterna que no estuvo. Debo confesar que no le entendí a cabalidad lo que me dijo, pero ciertamente tampoco lo olvidé, eso era imposible.
El Padre Juan se fue.
No me fue tan simple dejar la institución como si nada, seguí yendo a cantar misas, a visitar a los amigos, a estar un rato en la institución que había formado mi vida. Un tarde al llegar vi la oficina de Juan cerrada, y me fui a preguntarle al portero del colegio donde podía encontrarlo. El tono de este amigo fue casi fúnebre, “El Padre Juan se fue”, fue su fría respuesta, como bien sabía que éramos amigos, me la quiso jugar con la forma de decirlo, como para que sonara a entierro, pero no, era algo mucho más de Juan, algo más que morirse a destiempo. Se había ido de voluntario a Nicaragua, a colaborar con los colegio de allá, con la pequeña aclaración que se trataba de la época de oro de los Sandinistas llegados al poder, con su moda comunistoide criolla, y en donde no podía faltar, sería impensable, la persecución para con la Iglesia y su formación de pensamiento libre frente al sistema.(Hoy hasta el escritor Ernesto Cardenal los acusa de traidores a los principios básicos del Sandinismo). Esa tarde me sentí mal por no poderme despedir, y por no poderlo ver en su momento, pero el tiempo me tendría un buen par de sorpresas.
Cuando por fin, en mi propio caso, y como bien lo diría Juan Pablo II tuve mi encuentro con un Jesús, Vivo, Auténtico y Resucitado, toda aquella semilla sembrada en mi vida por hombres como Juan tomó nueva fuerza y empezó a dar el fruto en mí que el mismo Dios había planeado. Uno de mis deseos mayores era poder compartírselo al buen Juan un día, pero no alimentaba la esperanza dado los caminos geográficos que habíamos tomado, yo en México y él en Nicaragua.
Fue hasta años después cuando con mi esposa y mis dos hijos mayores que eran un par de chiquillos en ese momento, entramos en una visita a Costa Rica a un lugar de esos de malteadas, buen ambiente, y buena música, con la misiva de que los chicos disfrutaran el lugar. Apenas entramos desde la puerta se veía algo que en mí solo tomó nano-segundos para ubicarme, una sotana negra y una cabeza canosa, acompañado de algunos chicos, era el buen Padre Juan. Me le acerqué y con voz baja en medio del bullicio le dije: “Padre Juan”. Siempre tuvo problemas para oír, pero siempre supe que oía cuando le convenía, eso que ni que. Me reconoció de inmediato a pesar de la nueva barba que traía en mi apariencia, y me saludó como si solo no me hubiera visto desde el anterior recreo después de clase, aunque con mucha alegría.(ojo que no era muy efusivo tampoco). Le presenté a mi familia y en un momento de la conversación, sin previo aviso me dijo a quema-ropa, “¿Te atreviste a ser diferente?. Desde mi impotencia y contra su currículo solo pude decirle que ahí la llevaba, que estaba en esas y que era la bandera de mi vida. De ahí no pasó.
Después de eso solo puede ver un par de veces más. Una justo un 12 de diciembre cuando tuve un concierto en mi colegio después de años de esperar la oportunidad, ese día se me juntaron amigos ticos de todas mis órbitas de amistad. Un poco antes de comenzar decidí, junto con Luis Alvarez, un amigo y cómplice de aquellos tiempos, ir a la capilla para hacer un poco de oración y para estar solo un momento en un lugar que me recordaba con creces que Dios me había oído en mis oraciones de niño y de adolescente. Al llegar al lugar y buscando mi sitio favorito, este estaba ocupado, el buen Padre Juan estaba ahí rezando su rosario y esperándome. Solo me dijo, “sabía que ibas a venir, déjame darte mi bendición y ten un buen concierto, hoy en especial en el día de la Guadalupana”.
Finalmente en una de las pocas y maravillosas ferias católicas que se realizaron en Costa Rica, los organizadores se la ingeniaron para invitar a Juan a estar en mi concierto, fue una super sorpresa verlo ahí. Al final pasó para darme un abrazo, ya se le veía un poco más viejo, me hizo una crítica al oído para mejorar la música (ese era Juan), me regaló unos ornamentos para Altar de Iglesia para llevarlos a México, y como no había cambiado un ápice en nada, tomó el micrófono y aprovechó para anunciar unos libritos devocionales que traía y que necesitaba vender para apoyar misiones salesianas en el mundo, en fin...ese era Juan.
Para sus últimos días en este planeta, con ayuda de amigos costarricenses, lo estuve monitoreando desde mis viajes en gira, para el 28 de junio del 2007 sabía que estaba en sus últimos momentos, y desde allá me avisaban de su estado. Había sufrido ya hacía años de un derrame del que se recuperó magnificamente, al punto de no notarlo si no lo sabías. Ahora su corazón comenzaba a avisar que hasta ahí llegaba. En la mañana del 29 de junio, día de los apóstoles Pedro y Pablo, un día justo para que un apóstol se vaya al cielo, Juan se encontraría con Jesús. Ese día yo cantaba en Tuxtla, Chiapas, y en el concierto tomé un maravilloso tiempo para darle espacio a una canción llamada “Cuando llegue a Viejo” que siempre he dedicado al buen Juan, me partí en mil pedazos al hacerlo, pero como dice otra hermosa canción: Si su esfuerzo da frutos aún, no se han ido del todo.
En el concierto del 24 de Mayo del 2008 en Costa Rica, celebrando los cien años de la presencia de los salesianos en el país, al final, un cura de nombre Guido A. Maroto, a quien yo había dejado de ver hacía casi 30 años cuando éramos amigos del colegio y cantábamos la misas juntos, pasó al escenario y haciendo recuerdo de mil anécdotas con Juan, me dijo que a él (a el Padre Maroto) le había tocado estar con Juan en sus últimos momentos, a esto sacó a colación el dato de su gran rosario colgado a la cintura, y en ese momento, sin anestesia alguna, me entregó el crucifijo del mismo que estuvo en las manos de Juan al partir con el Padre. Hoy simplemente lo tengo en mi escritorio para que me recuerde mucho y me acompañe en la carrera hasta el final de la misma, desde que llegó ese símbolo de amor y de fidelidad en el que Juan creyó totalmente, la vida no ha sido la misma, se los puedo asegurar.
El corazón.
Solo unos meses antes de morir, dos grandes amigas Ana Rosa y Gaby fueron a visitarlo al colegio, ya hablaba poco y tenía problemas motrices evidentes. Ellas lo entrevistaron y el les compartió un par de cosas desde su poder hacerlo: primero les dijo que su mayor alegría y bendición fue el haber sido sacerdote, que eso era su todo y su máximo. Y luego con su mano temblorosa en medio de un corazón me escribió con su mano un testamento y un aviso. BIEN Y PAZ. TE ESPERO EN EL CIELO. EN EL CIELO REZAREMOS Y CANTAREMOS JUNTOS CON MARIA AUXILIADORA ALABANZAS A DIOS. Y luego su firma.
Eso es lo único que faltó de hacer con Juan, cantar un rato como allá en la niñez, pero bueno, para eso es el cielo, para reencontrarnos con los amigos delante del Verdadero Amigo. Su memoria sigue en mi vida, sus enseñanzas son parte vital de mí, su ejemplo un reto y una meta, y su crucifijo un recordatorio de la fidelidad de Dios, eso de que además del Rey sepas que hay amigos esperándote en el cielo es otro sabor de boca.
Sin dudarlo puede haber adultos que te hayan hecho la vida de cuadros, pero nos los dejes hacer sombre sobre toda la luz que te hicieron llegar los que te amaron y creyeron en ti, finalmente es tu decisión.
“Aquellos que han amado no saben del tiempo” (De Cuando llegue a viejo)
Un canción que da honor a los viejos, para recordar a los jóvenes lo que se puede y debe aprender de ellos.
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