La mujer de tacones
Cuando llegue a vivir a calle lizanias nos cuenta doña Juana,
era prácticamente un cafetal, no había luz y habían muy pocas casas, después de un tiempo de
habitar en ese lugar se empezaron a escuchar ruidos extraños a media noche, el
cual los pocos vecinos nos preguntábamos ¿qué podía ser? ya que ninguno se
levantaba para mirar que era.
Un día como a las
once y media de la noche, dormíamos tranquilamente cuando escuchábamos como una
mujer en tacones caminado hacia arriba, luego hacia abajo, entonces nos hacíamos
la pregunta de siempre ¿cómo alguien
puede caminar con tacones con el camino tan malo?, prácticamente era un trillo,
ya varias noches lo mismo, un día me llene de ánimo y Salí a ver quién era,
para mi asombro, una mujer con vestido largo y tacones, solamente la mire y me
miro pero no dijo una sola palabra, pensaba, que raro que ella anda en tacones
por aquí, ya empezamos a sospechar que en esta calle asustaban.
Pasaron los días y más cosas sucedían, como era habitual caminaba
para mi casa después de hacer algunas compras ya de noche, antes de llegar a la cuesta se escucharon uno montón
de tarros que golpeaban, nerviosa pero valiente
volvía a ver y no era nada, yo comentaba con los vecinos lo sucedido, ellos también habían visto sombras y escuchado ruidos misteriosos.
Cerramos toda la propiedad que habíamos comprado con latas
de zinc, siempre hacíamos una fogata para cocinar en el patio por el humo, esa
noche le dije a mi hija que fuera por la
olla de frijoles que teníamos en el fuego para cenar, era una noche muy
tranquila sin embargo, mi hija llego descompuesta, -Hija ¿qué tienes? ¿Qué te
pasa? dime, -mamá, mamá, algo paso,- ¿Qué?, ¿qué te paso?, -una mujer estaba en
el patio,- ¿cómo? ¡Una mujer!, acá no puede entrar nadie, esta todo cerrado, -no
sé cómo entro, pero había una mujer muy
extraña parada en la fogata,- la tome y la lleve al cuarto, ese día no me pudo
contar nada ya que estaba en chock, ella es muy nerviosa, al otro día ya muy
calmada le pregunte que le había pasado, me dijo –esa mujer estaba parada a la
par de la olla, cuando la vi le pregunte ¿qué hacía aquí?, ¿quien la había dejado entrar?, me contesto
que ella podía entrar donde quisiera, que hasta la casa también podía entrar, riéndose
me dijo ¿tienes miedo? Jajajaja ¡usted es una miedosa!, ¿me tienes miedo? No podía
mirarla, su cara era temerosa, su pelo alborotado, vestía una enagua negra y blusa blanca.
En carcajadas me dijo cuídense porque a ustedes le tienen
mucha envidia, yo la miraba con terror
ella insistía, tu mamá me robo el hombre que yo quería, me miro con rabia, empecé a caminar hacia atrás
sin darle la espalda, me enrede en una mata
y me caí, al levantarme ya no estaba, fue cosa de segundos.
-Todavía nos preguntamos ¿Quién era? Sus palabras nos dejaron pensado, pero de
seguro tenía que ser una bruja, pues en ese tiempo abundaban, comento doña
Juana.
En esta calle suceden cosas raras todos los días, pero los
vecinos no dicen nada, aun algunas veces se escuchan los tacones de una mujer a
media noche, pero como ahora esta tan habitado este lugar, pienso que es una dama
que andaba de fiesta, me doy vuelta en mi cama y trato de no pensar que es la
mujer misteriosa de tacones.
Excelente, gracias por compartir esas historias.
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