Rio Azul

Distrito número ocho, del cantón de la unión de la Provincia de Cartago, reconocido como tal desde 1968, pero con mas 100 años de existencia como caserío.
Limita al norte con San Diego, Al sur con el Guarco,,Patarrá, Fatima y Desamparados, al oeste con la Colina de Tirrases de Curridabat.
Sus linderos se inician en el Alto de Coris y terminan en Calle Churuca.

El nombre de Rio Azul se debe a las transparentes aguas de un rio que atravesaba el lugar, aun corre un pequeño riachuelo definiendo el limite entre Rio Azul y San Antonio, La Unión y Desamparados, Cartago y San José.

La mujer en tacones - Leyenda de Rio Azul


La mujer de tacones

Cuando llegue a vivir a calle lizanias nos cuenta doña Juana, era prácticamente un cafetal, no había luz y habían  muy pocas casas, después de un tiempo de habitar en ese lugar se empezaron a escuchar ruidos extraños a media noche, el cual los pocos vecinos nos preguntábamos ¿qué podía ser? ya que ninguno se levantaba para mirar que era.

Un día como a  las once y media de la noche, dormíamos tranquilamente cuando escuchábamos como una mujer en tacones caminado hacia arriba, luego hacia abajo, entonces nos hacíamos  la pregunta de siempre ¿cómo alguien puede caminar con tacones con el camino tan malo?, prácticamente era un trillo, ya varias noches lo mismo, un día me llene de ánimo y Salí a ver quién era, para mi asombro, una mujer con vestido largo y tacones, solamente la mire y me miro pero no dijo una sola palabra, pensaba, que raro que ella anda en tacones por aquí, ya empezamos a sospechar que en esta calle asustaban.

Pasaron los días y más cosas sucedían, como era habitual caminaba para mi casa después de hacer algunas compras ya de noche,  antes de llegar a la cuesta se escucharon uno montón de tarros que golpeaban, nerviosa  pero valiente volvía a ver y no era nada, yo comentaba con los vecinos lo sucedido,  ellos también habían visto  sombras y escuchado ruidos misteriosos.

Cerramos toda la propiedad que habíamos comprado con latas de zinc, siempre hacíamos una fogata para cocinar en el patio por el humo, esa noche  le dije a mi hija que fuera por la olla de frijoles que teníamos en el fuego para cenar, era una noche muy tranquila sin embargo, mi hija llego descompuesta, -Hija ¿qué tienes? ¿Qué te pasa? dime, -mamá, mamá, algo paso,- ¿Qué?, ¿qué te paso?, -una mujer estaba en el patio,- ¿cómo? ¡Una mujer!, acá no puede entrar nadie, esta todo cerrado, -no sé  cómo entro, pero había una mujer muy extraña parada en la fogata,- la tome y la lleve al cuarto, ese día no me pudo contar nada ya que estaba en chock, ella es muy nerviosa, al otro día ya muy calmada le pregunte que le había pasado, me dijo –esa mujer estaba parada a la par de la olla, cuando la vi le pregunte ¿qué hacía aquí?,  ¿quien la había dejado entrar?, me contesto que ella podía entrar donde quisiera, que hasta la casa también podía entrar, riéndose me dijo ¿tienes miedo? Jajajaja ¡usted es una miedosa!, ¿me tienes miedo? No podía mirarla, su cara era temerosa, su pelo alborotado, vestía  una enagua negra y blusa blanca.

En carcajadas me dijo cuídense porque a ustedes le tienen mucha  envidia, yo la miraba con terror ella insistía, tu mamá me robo el hombre que yo quería,  me miro con rabia, empecé a caminar hacia atrás sin darle la espalda, me enrede en una mata  y me caí, al levantarme ya no estaba, fue cosa de segundos.

-Todavía nos preguntamos ¿Quién era?  Sus palabras nos dejaron pensado, pero de seguro tenía que ser una bruja, pues en ese tiempo abundaban, comento doña Juana.

En esta calle suceden cosas raras todos los días, pero los vecinos no dicen nada, aun algunas veces se escuchan los tacones de una mujer a media noche, pero como ahora esta tan habitado este lugar, pienso que es una dama que andaba de fiesta, me doy vuelta en mi cama y trato de no pensar que es la mujer misteriosa de tacones.

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